Por: manuel

Se habían incorporado, hacía ya unos meses, a modo experimental, algunas colmenas de abejas bordeando unas cien hectáreas de girasoles, a unos 5 km del asentamiento, entre dos afluentes de la margen izquierda de río Norteño, y era frecuente, a pesar de la distancia, encontrar algunas de ellas merodeando por los jardines de las casas de los colonos. En cualquier caso la orientación y fortaleza de las abejas en este nuevo planeta es perfecta. Pronto serán factores importantes en la polinización de las más de 250 mil especies de angiospermas (completando las que corresponden a árboles frutales, etc ), que han sido sembradas, desde el aire, en los fértiles valles cercanos al primer asentamiento. Los biólogos han planificado una “colmenización” basada en una distancia máxima de 3 km y planificado asimismo la incorporación, en una primera fase, de algunos insectos esenciales en polinizaciones muy específicas. Se teme una perdida de diversidad si algo falla en la secuenciación de liberación de determinadas especies de insectos, aves u otros animales.
El acierto de los biólogos es ahora lo más importante en estos momentos de la “segunda fase”. En aquellas zonas elegidas, a lo largo y ancho de todo el planeta, las avionetas esparcen sin descanso semillas diversas, respetándose otras zonas de las cuales se beneficiarán los cultivos tradicionales, que estarían ya en manos de los colonos de la tercera fase. De hecho, si todo va “bien” dicha fase de colonización global podría empezar, en pocos años y daría lugar a la creación de unos 120.000 asentamientos.